Hablando con Príncipemayor sobre mi operación, preparándolo para cuando tenga que ingresar:
– ¿Y qué te van a hacer?
– Quitarme el bultito ése que sabes que tengo en el pecho. Pero ¿sabes?, ya que voy, me van a quitar el pecho entero. Así me quedo más limpita por dentro.
– ¿Y el que te quitan lo van a arreglar?
– No, cariño.
– ¡¿¿ Ese ya no te vale????!!!
– No, cariño.
– ¿Pero te lo devuelven?
– Esto… no, cariño. Se tira.
– ¿Dónde?
Aquí fui todo lo rápida que pude con mi respuesta, que ya me veía yo acompañándolo al camión del reciclaje donde llevamos las pilas viejas y las bombillas para preguntarle al de Ingeniería Urbana en qué contenedor tenía que tirar la criatura la teta de su madre.
– En la clínica, cariño. Lo tiran en un contenedor especial que tienen en la clínica.
Y yo, que no valgo para quedarme calladita, para que se quedara más tranquilo con la estética de su madre una vez operada le digo:
– Pero no te preocupes, cariño, luego me van a poner otro pecho muy bonito y no se va a notar nada.
– ¿Y va a ser de plástico?
– Esto… creo que esta conversación ya ha durado más de lo que tenía previsto. Otro día seguimos, cariño.
Para qué me meteré yo en estos berenjenales…
Que Dios te mantenga el buen humor y el saber estar a la aktura de todas las circunstancias. Me puedes decir cunatos años tiene tu principemayor?? Es que me parto con él….
A eso lo llamo yo una conversación difícil, mucho más que explicar de donde vienen los niños..
Tú estuviste brillante!
Besos
jajajaja que bueno que es u principemayor. Porque no vivimos muy cerca si no seguro que te lo pedía alguna tarde para que me levantase el ánimo.